Buenas tardes, hoy venimos a hablar sobre un caso bastante especial de la fundación Vedruna. En el colegio Carmelitas (Madrid) estudia un niño, el cual ha sufrido bullying. Este estudiaba tercero de la ESO, para él ir al colegio era un gran reto diario. Lo ha pasado muy mal durante 9 meses, era ignorado en todo momento, no contaban con él pàra ninguna actividad, sufría acoso psicológico y a veces agresiones físicas, este niño tenía la autoestima por los suelos , ha llegado a plantearse el suicidio, nadie se daba cuenta de lo que estaba sucediendo, ya que este era bastante tímido y veían normal la poca relación que tenía con sus compañeros. Desde entonces empezó a dejar de comer, no querer salir de su casa, ni siquiera de la cama, y ahí fue cuando su madre comenzó a sospechar. Ella fue inmediatamente al colegio a mantener una charla con la tutora del niño. Estaban totalmente de acuerdo en que aquí pasaba algo raro y posiblemente grave, así que hablaron con el hijo, y este les hizo ver su historia.
En resumen, la fundación Vedruna ha sido afectiva en este caso y ha ayudado a salir adelante a este chaval.
Menos mal que han sido afectivos en un caso, porque en muchos otros como el de mi hija, la dirección de este colegio encima trata de hacer ver ver cómo que la víctima hace algo para provocar a los agresores. Lo único bueno es que hay algunos fantásticos tutores, pero la dirección actual del centro se lava las manos y tergiversa todo lo tergiversable para no actuar en casos donde los niños que realizan estos hostigamientos pertenecen a familias que pueden ser catalogadas como en riesgo de exclusión social. Es una vergüenza.
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